sábado, 9 de enero de 2010

Error de dragón -Gustavo Roldan-


Dragón –dijo el jaguar- ¿Por qué hiciste al hombre?
-Creo que fue un accidente, esas cosas pasan…
-Si, pero fue un accidente grave. ¿No querés que lo coma y terminamos con el accidente?
-Todavía no, merece alguna oportunidad.
-Ya tuvo demasiadas, y además ningún animal lo quiere. ¿Te fijaste que nadie, ni con pelos ni con plumas, habla con él?
-Yo vi que hablaba con algunos animales.
-Hablaba, pero ya no. Ahora todos hacen como que no lo entienden, porque no les gusta lo que habla. Y cuando aparecen se van para otro lado.
-Eso suena feo, pero pienso que siempre hay que dar más oportunidades.
Quien te dice.
-Las oportunidades son peligrosas. Yo, como cualquier jaguar que se precie, estoy dispuesto a comérmelo ya mismo, no sé qué puede pasar si dejamos que el agua corra,
-Esperemos jaguar. ¿Qué puede pasar?
-No se. Y le tengo miedo a las cosas que no sé.
-Ese parece un pensamiento del hombre, jaguar.
-¿Ves hasta donde puede ser peligroso? Ya me estoy contagiando de su manera de pensar.
-Y me vas a contagiar a mí. Estamos entrampados, jaguar, porque comerlo también es una manera de terminar una problema a la manera del hombre.
-¿Qué hacemos, dragón?
-¿Qué hacemos, jaguar?
Y ahí se quedaron dando vuelta al problema. Una y mil veces y otras mil.
Todavía no encontraron la solución. Lástima.

No hay comentarios: